Mes de consagración

Seleccione el día de la oración que desee leer

#01

Viernes 8 de setiembre

Hoy comenzamos el camino de consagración personal y como
Iglesia de Montevideo, a la Santísima Virgen María, nuestra Madre.

¿Por qué nos consagramos a la Virgen? Nos consagramos a ella
porque queremos que la Santísima Virgen nos tome de la mano y
nos lleve a amar más a Jesús. Así nos lo testimonian una multitud
de santos de la Iglesia: “A Jesús por María”. El Papa San Juan Pablo
II con su lema “Todo tuyo” nos enseñó a confiarnos plenamente
en María para ser más de Jesús y navegar así “mar adentro” en la
nueva evangelización.

Hoy, en el día en que celebramos como Iglesia la Natividad de María,
queremos comenzar este camino de preparación para consagrarnos
a ella el próximo domingo 8 de octubre en el Encuentro con María,
el II Congreso Mariano de Montevideo. Como María queremos
“salir sin demora” para anunciar la alegría del Evangelio y servir a
nuestro hermanos, especialmente los que sufren.

María, Madre de Dios y Madre nuestra, ponemos
nuestra Iglesia de Montevideo bajo tu manto materno.
Te entregamos nuestra Iglesia, nuestras familias,
nuestros corazones. Recurrimos a ti para que nos
ayudes a que nuestro corazón arda de amor por Jesús.

Rezamos un avemaría.

#02

Sábado 9 de setiembre

Vivimos en un mundo donde hay mucho ruido. El silencio exterior es
necesario, pero lo que es determinante para percibir la presencia de
Dios es el silencio interior, que no es vacío, sino actitud de escucha,
es acto de presencia de Dios. En la presencia de Dios podemos
estar en paz y en silencio como un niño en brazos de su madre.

Cuando las turbaciones o preocupaciones provoquen interferencias
en nuestro corazón y no nos permitan alcanzar la quietud interior,
es bueno recordar aquella escena en que iba Jesús en la barca con
sus discípulos mientras les azotaba una fuerte tormenta y pedirle
que, así como después de su intervención “sobrevino una gran
calma” (Mt 8, 26), así también haga reinar su paz en nosotros.

María, Madre de la Gracia, te ofrecemos nuestros
corazones, ayúdanos a encontrar el silencio interior
en nuestras vidas en medio del ruido en el que
vivimos día a día.

Rezamos un avemaría.

#03

Domingo 10 de setiembre

“Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los
que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo” (Jn 14,27).

La paz del corazón es la única paz que trae la felicidad, y esa paz del
corazón es un don de Dios. Al decir Jesús que nos daba su paz, Él
tenía presente las luchas que habríamos de sostener. Sin embargo,
todos los que en la Iglesia han tenido que sufrir por seguir fielmente
a Jesucristo, confiesan que, en medio de la tribulación, disfrutan de
una paz muy honda y dan testimonio de ella con alegría.

Queremos más paz en los corazones para que no haya más guerras,
ni terrorismo, ni violencia, pues corazones en paz no aceptan la
guerra. Sabemos que reunidos en Su nombre el Señor está en
medio nuestro y no nos niega lo que le pedimos. Pidamos la paz por
intercesión de María

María, Reina de la Paz, ayúdanos a adquirir la
verdadera paz, que sólo tu Hijo puede darnos, para
que anide en nuestro corazón.

Rezamos un avemaría.

#04

Lunes 11 de setiembre

“Hágase en mí según tu Palabra” (Lc 1,38)

Jesús anunció el Reino de Dios o Reino de los cielos. Pedimos en
el Padrenuestro que venga a nosotros. El Reino de Dios es Dios
que reina, que actúa en nuestra historia transformándola según su
proyecto de amor y salvación. El Reino tiene su plenitud en Jesús.

Allí donde está su Espíritu se realiza la voluntad del Padre y los
hombres nos descubrimos como hermanos llamados a cuidar la
casa común de la creación y a compartir los bienes.

Hacer la voluntad de Dios es hacer lugar a su Reino en nuestra vida,
en nuestras familias, en nuestra sociedad. Es vivir según el espíritu
de Jesús.

María, Madre del Salvador, a ti que has sido la perfecta
discípula y has escuchado y realizado la voluntad de
Dios en tu vida, te pedimos tu generosidad y apertura
para escuchar y hacer la voluntad del Padre, para que
el Reino se haga presente en medio nuestro.

Rezamos un avemaría.

#05

Martes 12 de setiembre

¡Cuántas veces rezamos el avemaría a lo largo de la vida! El avemaría
es una oración evangélica, compuesta por el saludo del ángel a
María y la expresión gozosa de Isabel que señala la bendición de
María por el fruto de su vientre.

Sigue luego la súplica de la Iglesia: “Santa María, Madre de Dios...”
Allí le pedimos a María que interceda por nosotros en el ahora de
cada día y en la hora de nuestra muerte.

Queremos poner en el corazón de María a nuestros queridos
difuntos. Se los confiamos a ella en el deseo que ya estén
contemplando la hermosura de su rostro. Le pedimos también
a María, junto a su esposo San José, que nos acompañe en el
momento de la muerte para llevarnos al cielo.

Le pedimos también por los que han muerto sin que nadie los llore
y por los niños que mueren antes de nacer.

María, en el día que celebramos tu Dulcísimo Nombre,
queremos poner en tu corazón de Madre los nombres
de nuestros difuntos. Rezarte por los que nadie reza y
encomendarte a los niños que mueren antes de nacer.

Rezamos un avemaría.

#06

Miércoles 13 de setiembre

“Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre
de Jesús” (Jn 2, 1). El relato nos cuenta que los novios se quedaron
sin vino. La Virgen le pide a Jesús si puede hacer algo para solucionar
la situación y el Señor transforma el agua en vino.

En el evangelio María intercede pero no realiza milagros, siempre
es Jesús el que realiza los milagros. María es quien está atenta a las
necesidades de los demás. Es ella quien ve que los novios se han
quedado sin vino y le insiste a Jesús, ella sabía que su Hijo podía
resolverlo y devolver la alegría a la fiesta.

¡Qué alegría la de esos novios que tenían a Jesús y María como
invitados! Pidamos por los novios y por las parejas cristianas para
que puedan prepararse y recibir el sacramento del matrimonio
para así hacer de su hogar una “iglesia doméstica” y recibir la visita
de Jesús y María.

Te pedimos María, Causa de nuestra alegría, por
los novios cristianos que se preparen a recibir con
responsabilidad el sacramento del matrimonio. Que
cada hogar cristiano sea una “iglesia doméstica”
bendecido por la presencia de Dios.

Rezamos un avemaría.

#07

Jueves 14 de setiembre

¡Cuántos sufrimientos y dolores pasamos en nuestras vidas!
Nadie en este mundo está exento del dolor. El propio Jesús le dio
al sufrimiento un valor redentor, salvador. Celebramos hoy la fiesta
de la Exaltación de la Cruz.

Nos da mucha paz comprender que las cruces de nuestra vida
tienen un sentido en Dios, son para algo, no son en vano. Jesús nos
salvó a través de la cruz, pasando por la cruz y nos invita a recorrer
muchas veces un camino similar.

Ante esta realidad, tenemos la alegría de contar con nuestra Madre
que comprende nuestras penas, que quiere acercarse a nosotros y
consolarnos, animarnos, ayudarnos.

Te ofrecemos María, consuelo de los afligidos,
nuestras penas, las queremos unir a la cruz de tu
Hijo. Sabemos que, al sufrir con amor, unidos a Jesús,
nuestra cruz tiene un valor redentor. Tú, María, nos
consuelas y nos llenas de ánimo.

Rezamos un avemaría.

#08

Viernes 15 de setiembre

Hoy miramos a María al pie de la Cruz, junto a su Hijo.

Imaginemos el dolor de esta Madre, realmente “una espada de
dolor atravesaba su corazón”, como lo había profetizado Simeón.

María es fiel, plenamente fiel. Es fiel al plan de Dios para su vida. Su
vida fue un sí grande, sin condicionamientos. Aún en los momentos
más difíciles la Virgen dijo sí.

Muchas veces podemos pensar que por ser la Madre de Jesús su
vida fue más fácil o más sencilla. La realidad es que fue todo lo
contrario, su vida estuvo marcada de dificultades y la más grande
fue ver y sufrir la pasión y muerte de su Hijo Jesús.

María es el mejor ejemplo que podemos tener de fidelidad a Dios.
¿Cómo esta Madre no iba a estar junto a su Hijo en la cruz? Debía
estar ahí. Su amor por Jesús era inquebrantable.

María, Virgen Dolorosa, que sepamos estar como
tú al pie de la cruz y estar presentes cuando los
demás nos necesiten, de manera especial, nuestros
familiares y amigos.

Rezamos un avemaría.

#09

Sábado 16 de setiembre

El deseo de Dios es estar con nosotros y entre nosotros. Él es
plenamente feliz en sí mismo, pero su amor es tan grande que
quiere participar de nuestras vidas. Dios respeta la libertad del
hombre, nosotros podemos elegir su compañía o no.

Nosotros tenemos fe y creemos en Él, queremos que Él venga
a nuestras vidas, que tanto Jesús como María visiten nuestros
hogares y se queden allí junto a nosotros, en casa.

En el hogar de Nazaret, el trabajo y la oración eran la escuela en la
que José y María educaron al Niño Jesús.


Hoy te pedimos María, Madre de Nazaret, que
vengas a nuestras familias, a nosotros, a nuestros
seres queridos, a nuestros problemas, a nuestras
dificultades. Ven Madre, visita nuestros hogares y
quédate junto a nosotros porque necesitamos tu
amor maternal para amar cada día más a Jesús

Rezamos un avemaría.

#10

Domingo 17 de setiembre

“Déjense reconciliar por Dios”, le dice San Pablo a los Corintios y
claramente nos lo dice a nosotros hoy. La reconciliación está en
el corazón del Evangelio. Jesús vino a reconciliarnos con el Padre.
Necesitamos reconciliarnos con Dios, con nosotros mismos,
con nuestros hermanos, vivir armónicamente con la naturaleza.
Necesitamos paz, que en nuestro corazón no haya odio ni rencor.
Es un elemento fundamental para encontrar la felicidad.

Sin embargo, cuántas veces hemos cometido errores, nos
sentimos culpables y nos cuesta encontrar el perdón. ¡Dios nos
perdona siempre! Podemos contar siempre con el sacramento de
la reconciliación, pero muchas veces somos nosotros mismos los
que no nos perdonamos nuestros errores o pecados.

La reconciliación requiere de nuestra voluntad, pero siempre
necesitamos de la gracia de Dios, pedirle a Dios que obre en nuestro
corazón, que lo sane, lo cure, lo perdone.

Hoy te pedimos María esta gracia, tú eres consuelo
de los que no encuentran perdón. Te pedimos Madre
que intercedas por nosotros para que, como dice San
Pablo, nos dejemos reconciliar por Dios y así podamos
tener paz y alegría en el corazón.

Rezamos un avemaría.

#11

Lunes 18 de setiembre

“Hay mayor alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35)

Si hemos conocido a Dios, si hemos experimentado su amor, su paz,
la esperanza que Él nos da, ¿cómo no vamos a anunciarlo a tantos
hermanos nuestros que lo necesitan?

Estamos llamados a hacerlo con alegría, con la alegría del Señor
resucitado. Claro que también tenemos nuestros dolores y
nuestros sufrimientos, pero el Espíritu Santo nos impulsa a llevar
esta buena noticia a nuestros hermanos: Dios nos ama y nos salva.
María, llena del Espíritu Santo salió sin demora llevando a Su Hijo
Jesús en su vientre. Seamos “Iglesia en salida” como nos pide el
Papa Francisco.

María, Reina de los Apóstoles, queremos ser “Iglesia
en salida”, no quedarnos en el rincón cómodo del
grupo católico, sino dar testimonio de tu hijo Jesús,
ir en busca de los hermanos que se han alejado de la
práctica de la fe. Necesitamos de ti

Rezamos un avemaría.

#12

Martes 19 de setiembre

Depresión, ansiedad, falta de paz, ataques de pánico, son las
enfermedades más comunes de estos tiempos, sumadas a las
enfermedades físicas. Seguramente hemos pasado o estamos
pasando por algo de esto, o conocemos personas que sufren estas
dolencias psíquicas o físicas y nos da mucha compasión.

¡Dios no es indiferente a nuestro dolor! ¡Dios sufre con nosotros!
Como Jesús con la viuda de Naím: “cuando el Señor la vio, se
compadeció de ella, y le dijo: no llores” (Lc 7, 13) María es Madre
de todos los que sufren. Estuvo al pie de la cruz, junto a su Hijo,
sufriendo con Él, acompañándolo.

Nos encomendamos a ti Madre nuestra, de corazón
compasivo, salud de los enfermos, y te encomendamos
a todos los que sufren en el cuerpo y en el alma,
especialmente a nuestros seres queridos.

Rezamos un avemaría.

#13

Miércoles 20 de setiembre

El evangelio es fuente de salvación para todos. Vivir según el santo
evangelio es el proyecto de los santos. Nuestra vida está llamada a
ser transparencia de evangelio. El camino para recibir esta gracia
comienza con la humildad del corazón. Santa Teresa de Jesús decía
que la humildad es la verdad. Cuando nos encontramos con Dios y lo
conocemos, nos encontramos a nosotros mismos, nos reconocemos
hijos de Dios y hermanos.

Al acercarnos a Dios nos vamos haciendo más sencillos, más simples.
Porque Él es simplicidad pura. La vida de María ha sido un canto a la
humildad. Ella, como nadie, vivió siempre en la verdad, en la sencillez,
buscando solamente agradar a Dios. Ella transparentó en su vida el
evangelio de su Hijo y hoy es también para nosotros buena noticia.

Te pedimos hoy María, ejemplo perfecto de humildad,
que nos regales este don, para poder ser mejores
personas y tener el corazón puesto en Dios.

Rezamos un avemaría.

#14

Jueves 21 de setiembre

“Mujer, he ahí a tu hijo” (Jn 19, 26)

Éstas fueron las palabras de Jesús a Juan, su discípulo amado,
cuando estaba en la cruz. Sabemos que esas palabras del Señor no
eran solo para Juan, eran para todos nosotros: Jesús nos da a María
como madre. ¡María es nuestra madre! Es madre de todos pero
especialmente de los niños que no tienen a su madre en la tierra.

¡Qué grande es Dios! ¡Cuánto nos ama! No solo se nos ha dado Él
mismo a cada uno de nosotros, sino también ha querido regalarnos
a su propia madre.

María es puro amor, su amor por nosotros no tiene medida, ella nos
ama con el amor de Dios. Como San Mateo, al que hoy celebramos,
y todos los apóstoles y evangelistas, somos testigos del amor de
Dios manifestado en Jesucristo.

Te pedimos hoy María, Madre de Cristo y Madre
nuestra, sabernos y sentirnos hijos tuyos muy amados,
poder experimentar tu tierno y dulce amor de madre.

Rezamos un avemaría.

#15

Viernes 22 de setiembre

Es importante saber que no estamos solos. La Virgen, nuestra
Madre, está siempre con nosotros. Como seres humanos que
somos necesitamos relacionarnos entre nosotros. No vivimos
aisladamente, nacemos en una familia, desarrollamos amistades,
necesitamos del afecto y la compañía de nuestros seres queridos.
Eso nos hace felices, ya que somos seres sociales.

Sin embargo, mucha gente en el mundo está sola, sufre la soledad,
especialmente muchos ancianos. No tienen un familiar cercano,
una persona para charlar, alguien que les dé afecto y que se
preocupe por ellos. Quizá hasta nosotros mismos podemos estar
en una situación así.

Los cristianos nunca estamos solos: Dios está con nosotros. María
está con nosotros

Te encomendamos hoy Santísima Virgen, Madre
llena de ternura, a todas las personas que se sienten
solas, para que experimenten tu compañía y la
cercanía amorosa de Dios Padre.

Rezamos un avemaría.

#16

Sábado 23 de setiembre

Siempre hemos escuchado que la familia es la base la sociedad y así
lo afirma nuestra Constitución. Sin embargo, vemos como hoy en
día está siendo tan atacada, no se la valora como corresponde o se
la ataca con ideologías que la quieren destruir. El valor de la familia
es tan grande, que el mismo Hijo de Dios formó parte de una familia.

No existen hogares perfectos, pero sí familias que buscan el amor
de Dios. Hoy en día vemos muchas familias destruidas, con muchos
problemas, donde se ha fomentado la división, el rencor, el odio,
en vez de la paz, el amor y el perdón. También hay familias unidas,
generosas en la transmisión de la vida. Familias que rezan como la
de Nazaret, como la familia del santo Padre Pío que hoy recordamos
y que en su casa aprendió las oraciones que lo acompañaron a lo
largo de su vida.

Madre, Reina de la familia, te encomendamos a
cada una de nuestras familias, regálanos paz, amor
y perdón. Sana las heridas, ayuda a reconciliarnos
para vivir en unión y alegría.

Rezamos un avemaría.

#17

Domingo 24 de setiembre

En el evangelio de este domingo Jesús nos recuerda que “los últimos
serán los primeros y los primeros los últimos”. Hoy ponemos en
nuestra oración a nuestros hermanos más pobres.

Podemos ser pobres en lo material o en lo espiritual. La pobreza
material implica no tener los bienes básicos para una vida digna, la
espiritual es no conocer a Dios. Quien no conoce a Dios es pobre. Es
pobre porque vive sin conocer a quien lo ha creado, que es su Padre
y lo ama y lo conoce como nadie en este mundo.

La Santísima Virgen María es especialmente Madre de los pobres,
de los pobres que tienen necesidades materiales y de los pobres
que aún no conocen a Dios. María es la que libera. Hoy es la Virgen
de la Merced, la que fue esperanza de libertad para muchos
cautivos. Nuestro siervo de Dios, el Padre Cacho Alonso, comenzó
a vivir en el barrio un 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, para
él fue una señal de que María lo acompañaba en su camino hacia
los más pobres.

Hoy te pedimos María, Madre de Misericordia, Virgen
de la Merced, por los que pasan necesidades, los que
sufren la pobreza material o los que viven la pobreza
de no conocer a tu Hijo. Que todos conozcan el amor de
Dios, nuestro Padre, que nos libera de toda opresión.

Rezamos un avemaría.

#18

Lunes 25 de setiembre

Cuántos jóvenes en el mundo y en nuestro país caminan sin rumbo
La vida de hoy les ofrece muchas cosas buenas, pero también
sabemos que les ofrece otras que los dejan vacíos, y les quitan las
ganas de vivir.

Cuántos padres sufren por un hijo/a con problemas de alcohol,
drogas u otras adicciones y no saben qué hacer ante tanto dolor y
se desesperan.

La Virgen está cerca de estas realidades, acompaña siempre a
todos los jóvenes, especialmente los que caen en estos males:
la droga, el alcohol, la depresión, la ansiedad. María nos acerca a
Jesús que ilumina el sentido de la propia vida.

En este día, Virgen Auxiliadora, queremos poner
nuestros jóvenes en tu corazón. Te entregamos hoy
estas realidades para que tú, como tierna Madre,
socorras a nuestros jóvenes, especialmente los que
caminan sin rumbo, que encuentren la alegría de vivir.

Rezamos un avemaría.

#19

Martes 26 de setiembre

Hoy hablamos poco del cielo, de ese paraíso que Jesús nos ha
prometido como hizo desde la cruz con el Buen Ladrón. Parece
más importante lo pasajero que las realidades que permanecen.
Buscamos muchas veces la satisfacción en el ahora y no pensamos
en el mañana.

Sin embargo, nosotros hemos sido hechos por Dios para la
eternidad. Sabemos que vamos a morir pero nuestra alma es
inmortal. El Señor nos ha dicho que va a prepararnos un lugar

El cielo es nuestra meta como cristianos. Allí el reino se vivirá
en plenitud. En el cielo disfrutaremos plenamente de Dios
y experimentaremos una felicidad tan grande, que todas
nuestras alegrías de la tierra juntas, no son nada al lado de la que
experimentaremos junto a Dios. En el cielo seremos completamente
felices porque estaremos en plena comunión con Dios, con la
Virgen, con los santos, con todos nuestros hermanos. Hemos sido
hechos para Dios y sólo en Él encontraremos la felicidad plena

Pongámonos en camino. Dios nos dará la gracia para llegar a esta
plenitud de amor

María, Reina del Cielo, hoy te pedimos que nuestra
vida sea un camino al cielo, que recorramos juntos
en Iglesia, y si nos apartamos de él ayúdanos
siempre a regresar.

Rezamos un avemaría.

#20

Miércoles 27 de setiembre

“La mies es mucha, los trabajadores son pocos” (Lc 10, 2)

Estas palabras dichas por Jesús son muy actuales. Nuestra Iglesia
precisa de todos, de un modo especial de jóvenes que se consagren
totalmente a Dios. Necesitamos sacerdotes, consagrados y
consagradas que sigan a Jesús con un corazón indiviso, disponible
totalmente a la misión evangelizadora y llenos de amor por Él.

Sin sacerdotes no podemos recibir a Jesús en la Eucaristía, ni
podemos recibir el perdón en el sacramento de la reconciliación.
Sin la vida consagrada falta en la Iglesia el testimonio de que el
amor de Dios puede llenar plenamente una vida.

Hoy te suplicamos, Madre Purísima, que intercedas
por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada
para nuestra Iglesia. Que el Padre nos envíe santos
sacerdotes con un corazón como el de Jesús, Buen
Pastor, y consagrados y consagradas que hagan
presente ya en este mundo la alegría del Reino.

Rezamos un avemaría.

#21

Jueves 28 de setiembre

La Virgen ha tenido, como nadie, un lugar destacado en el plan
de salvación de Dios. Ella, lejos de mirarse a sí misma, siempre ha
fijado sus ojos en el Señor, sabiendo que de Él ha recibido todas
las gracias. María es hermosa y tiene un corazón puro porque está
llena del amor de Dios.

Dios le ha dado a María la dignidad y al mismo tiempo la
responsabilidad de ser:

• Hija de Dios
• Esposa de Dios Espíritu Santo
• Madre de Dios Hijo en Jesús

María ha tenido una relación única con cada una de las personas de
la Santísima Trinidad. Es importante para nosotros relacionarnos
con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Estamos invitados
a dejarnos invadir por el Espíritu Santo que en la oración nos
identifica con el Hijo, cabeza de la Iglesia, que alaba, agradece y
suplica al Padre.

María, Madre del Amor Hermoso, intercede ante Dios
para que aumente nuestra fe y podamos tener una
relación viva con las tres personas de la Santísima
Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo

Rezamos un avemaría.

#22

Viernes 29 de setiembre

¿Dios nos entiende? ¿Realmente sabe y comprende nuestras
preocupaciones?

“Depositen en Él toda preocupación, porque Él cuida de ustedes”,
dice San Pedro en una de sus cartas.

Dios, nuestro creador, nos conoce y nos ama más que nadie en
este mundo; y conoce y se interesa por todos nuestros problemas.
A veces se nos hace difícil confiar en Él. Nos cuesta confiar en su
providencia y aceptar las cosas que no nos gustan tanto. Confiemos
nuestros problemas y nuestras preocupaciones a Dios.

La Virgen recorrió un camino similar al nuestro y supo confiar
en Dios. Ella, como madre, nos ama, nos comprende y desea
ayudarnos. ¡Ella es nuestra madre!

Hoy queremos confiarte Virgen María, Consoladora
de los afligidos, nuestros problemas y nuestras
preocupaciones, queremos pedirte que nos ayudes a
tener la misma confianza en Dios que tuviste. María,
tú en medio de enormes dificultades, nunca perdiste
la paz ni la esperanza. Sabemos Madre que tú nos
comprendes, por eso te pedimos que intercedas por
nosotros para tener más confianza en Dios, sobre
todo en los momentos más difíciles de nuestra vida.

Rezamos un avemaría.

#23

Sábado 30 de setiembre

San Jerónimo, cuya fiesta hoy celebramos, fue un gran estudioso
de la Biblia. Él decía que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo.

En la Sagrada Escritura, en la Biblia, y especialmente en los
evangelios, nosotros encontramos el fundamento de nuestro
amor a María. Allí está descrita ella, presente con su fortaleza y
discreción materna: Nazaret, Belén, el Templo, la huida a Egipto,
Caná, el Calvario, Pentecostés.

Conocemos la vida de Jesús y de María porque hemos recibido
esta enseñanza en la Iglesia, que mantiene viva de generación en
generación la llama de la fe.

Las abuelos, los padres, los catequistas, las religiosas, los
sacerdotes. Mucha gente nos ha enseñado la Palabra de Dios.
También nosotros hoy estamos llamados a transmitir la enseñanza
de la fe y renovar así nuestra propia fe.

María, Madre de la Iglesia, primera discípula de tu Hijo.
Tú acompañaste a la Iglesia naciente en Pentecostés,
acompáñanos ahora a nosotros para saber transmitir
la Palabra de Dios guiados por el Espíritu Santo.

Rezamos un avemaría.

#24

Domingo 1 de octubre

“No he venido a hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió”
(Jn 5, 30)

Hacer la voluntad de Dios era el pan de cada día de nuestro
Señor. Siendo niño en el templo le respondió a María y a José que
angustiados los buscaban que él debía ocuparse de las cosas de su
Padre. En el huerto de Getsemaní, poco antes de la pasión, Jesús
dijo: “Padre si puedes aparta de mí este cáliz (que quiere decir este
sufrimiento), pero no se haga mi voluntad sino la tuya”.

Jesús, aún en los peores momentos de su vida, confió en su Padre
y confió en que la voluntad de Dios siempre es la mejor. De hecho,
sabemos que así fue: Jesús murió en la cruz, pero resucitó y vive para
siempre. Santa Teresita del Niño Jesús, a la que hoy recordamos,
tenía en su humildad la conciencia de no haberle negado nada a
Dios sino de haber procurado agradarlo siempre.

María, tu vida fue un sí total y absoluto a Dios, te
pedimos intercedas por nosotros para poder darle
nuestro sí a Dios y rezar con toda confianza en el
Padre Nuestro “hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo”.

Rezamos un avemaría.

#25

Lunes 2 de octubre

Hoy recordamos a los ángeles custodios. Dios nos regala esta
presencia bondadosa junto a nosotros. A su vez Dios nos regala
diversas vocaciones en la Iglesia. Todos formamos el pueblo santo
de Dios aun siendo pecadores: el Papa, los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, consagrados y laicos. Cada uno cumple
una tarea importante en nuestra amada Iglesia.

San Pablo en la carta a los Corintios nos dice que la Iglesia es un
cuerpo y cada uno tiene su vocación y su misión.

María, como Madre, se preocupa por todos. De la misma forma que
estuvo orando con los apóstoles para que descienda el Espíritu
Santo sobre ellos, también hoy, desde el cielo, María intercede por
las distintas vocaciones de todo el Pueblo de Dios.

María, Madre de la Iglesia, hoy ponemos en tu corazón
las distintas vocaciones del Pueblo de Dios. Intercede
por todos nosotros para que vivamos fielmente
nuestra misión hasta que nos llame tu Hijo para gozar
por siempre del cielo.

Rezamos un avemaría.

#26

Martes 3 de octubre

El 25 de agosto de 1825, en Florida, los representantes del pueblo
oriental pusieron la patria naciente a los pies de la imagen de la
Virgen del Pintado. El pueblo comenzó a llamarla Virgencita de
los Treinta y Tres.

Nuestros libertadores se confiaron a María. Nuestro país nació
bajo el amparo de la Santísima Virgen María. Los obispos, el
gobierno y el pueblo la coronaron solemnemente con mandato
del Papa San Juan XXIII en 1961. Hoy necesitamos volver a
consagrar nuestro país a la Madre de nuestra patria, la Virgen de
los Treinta y Tres.

María, Virgen de los Treinta y Tres, estrella del alba de
la patria naciente, mira este pueblo que te suplica. No
permitas que nuestra sociedad se fragmente, atiende
nuestros clamores:
inseguridad, educación, falta de esperanza, infantilización
de la pobreza. Concédenos la alegría de vivir en paz y
libertad, como hermanos cercanos unos con otros. Te
encomendamos nuevamente nuestra patria.

Rezamos un avemaría.

#27

Miércoles 4 de octubre

María es modelo de fe en Dios para nosotros. Su vida no fue fácil,
tuvo grandes sufrimientos, pero su fe nunca vaciló. La Virgen
nunca se apartó del plan de Dios para su vida. Muchas veces no
entendió pero siempre creyó y esperó.

¡Qué ejemplo de fe es María para nosotros! ¡Que débil es nuestra
fe! Al mínimo percance, dejamos de creer y de confiar en Dios.
Podemos aprender de María, la llena de gracia, la llena de fe y
perseverar. San Francisco de Asís, cuya fiesta hoy celebramos,
contemplaba el misterio de la humanidad del Niño Dios acunado
por su Madre Santísima.

Te pedimos hoy, Madre inmaculada, que nos precedes
en la peregrinación de la fe, que intercedas ante Dios
para que aumente nuestra fe, para que podamos ser
fieles hijos de Dios, especialmente en los momentos
difíciles de nuestras vidas.

Rezamos un avemaría.

#28

Jueves 5 de octubre

Reflexionamos hoy sobre la esperanza. La esperanza es confiar que
aquello que uno desea se realizará. ¿Qué es lo que más desea todo
ser humano en su interior? Ser feliz. Todos deseamos ser felices.

¡Sin embargo, experimentamos en la vida: sufrimientos, pérdidas
de seres queridos, enfermedades y muchas cosas que no nos
gustan. Aún, si estamos en una situación límite, confiando en
Dios, mantenemos la esperanza. La esperanza cristiana es tener la
certeza que Dios cumple sus promesas. Dios es nuestra esperanza.

María es testigo de esperanza, ella supo esperar, especialmente en
los momentos de dolor. Confió en la fidelidad de Dios.

Te pedimos Santa María del Camino, que nos hagas
personas de esperanza, que ante la adversidad no
perdamos la confianza en Dios y tengamos la certeza
que tu Hijo nunca nos dejará solos, que Él está y
estará siempre con nosotros.

Rezamos un avemaría.

#29

Viernes 6 de octubre

Jesús resumió todas sus enseñanzas en amar a Dios y al prójimo
como a uno mismo.

Todo ser humano tiene una gran necesidad de ser amado.
Necesitamos sabernos queridos por nuestra familia y nuestros
amigos. Muchas personas no han experimentado el amor de Dios.
Quien lo ha experimentado se siente feliz, sabe que Él es su gran
tesoro. Nos dice San Juan: “Él nos amó primero”.

Estamos llamados a amar a todos, empezando por nuestras
familias, amar hasta que duela, como decía Madre Teresa. No
podemos decirnos cristianos si no perdonamos, aun a aquellos
que nos han defraudado. El amor se extiende luego a otros y como
cristianos estamos llamados a amar a los que sufren con los que
Cristo se identifica.

El primero de los mandamientos es amar a Dios que nos ha creado,
que es nuestro Padre. Amemos a nuestro Creador con un amor de
niños: confiados plenamente en Él que nos ama más que nadie, que
nos conoce más que nadie.

María, tú eres una Madre llena de amor, tú te dejaste
amar por Dios y amas con el amor de Dios. Te pedimos
hoy que nos enseñes a amar, que nos enseñes el
verdadero amor a Dios y a nuestros hermanos,
especialmente a los que sufren, y que podamos
experimentar el amor de Dios en nuestros corazones

Rezamos un avemaría.

#30

Sábado 7 de octubre

La oración es muy importante. No podemos decirnos cristianos si
no oramos. La oración es la respiración del alma. Precisamos orar,
orar con el corazón, orar desde nuestra realidad, precisamos orar
para estar con Dios

Una oración muy importante en la historia y en la actualidad de
nuestra Iglesia es el rezo del santo Rosario. El Rosario es una
oración mariana y al mismo tiempo cristocéntrica; es decir, tiene
en su centro a Jesucristo. En el pasar de las avemarías vamos
contemplando los misterios más importantes de la vida de Jesús.

Mediante el rezo del Rosario podemos conocer más a Jesús a
través de María. El Rosario es también una defensa frente a las
tentaciones y peligros. El Venerable Jacinto Vera, nuestro primer
obispo, plasmó en su escudo su confianza en la Virgen: “Jacinto
triunfará por María”.

Madre del Santo Rosario, te pedimos la gracia y la
perseverancia para rezar el Rosario con el corazón, y
que el hacerlo nos ayude a conocer y amar más a Jesús.

Rezamos un avemaría.

#31

Domingo 8 de octubre

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN

Virgen María, Madre de Jesús,
aquí estamos como Iglesia que peregrina en Montevideo.
Queremos que nos conduzcas hacia tu Hijo
por el camino del Evangelio,
para que toda nuestra vida,
impulsada por el Espíritu Santo,
sea alabanza y gloria del Padre

Queremos ser una Iglesia en salida,
evangélica y transparente,
participativa y servidora,
que hable un lenguaje comprensible,
y celebre cada domingo el misterio pascual,
testimoniando que Jesús está vivo entre nosotros.

Ayúdanos a vivir siempre en comunión
con el Papa y los obispos,
buscando siempre la unidad y
apreciando los carismas que dan colorido a la Iglesia.
Madre de nuestra Patria,
gracias porque tu nombre ha estado presente
desde el principio de nuestra historia,
porque somos un país de cercanías,
que ama la libertad
y procura la igualdad de oportunidades.

Virgen de los Treinta y Tres,
Estrella del alba de la Patria naciente,
queremos anunciar la alegría del Reino ya presente
y servir a nuestros hermanos como Tú lo hiciste,
especialmente a los que sufren.
Queremos ser constructores de fraternidad
en una sociedad que se fragmenta
y así llenar de sentido y esperanza la vida de nuestra gente.

Tú, que eres vida, dulzura y esperanza nuestra,
danos tu docilidad al Espíritu Santo
para hacer cada día la voluntad de Dios.
Te consagramos nuestra ciudad.
En tu corazón de Madre ponemos nuestra Iglesia,
nuestras familias, nuestros jóvenes,
nuestros niños.
Queremos que Tú nos tomes de la mano
y nos lleves a amar cada día más a tu Hijo, Jesús.
Amén.